Medicina culinaria: cómo prevenir enfermedades a través de lo que comes

La medicina culinaria es una disciplina que une la ciencia de la nutrición con el arte de cocinar con propósito. Su premisa es simple pero poderosa: lo que comemos a diario tiene el potencial de prevenir —e incluso ayudar a tratar— enfermedades crónicas como la diabetes tipo 2, las dislipidemias, la hipertensión o ciertos tipos de cáncer.
En un contexto donde los estilos de vida acelerados y los alimentos ultraprocesados predominan, aprender a cocinar con enfoque terapéutico se vuelve una herramienta accesible y eficaz para cuidar la salud de toda la familia.


¿Qué es la medicina culinaria?
Es un enfoque que promueve el uso estratégico de los alimentos como parte de la prevención y tratamiento de enfermedades. A diferencia de una dieta restrictiva, la medicina culinaria se basa en la selección consciente de ingredientes reales, frescos y nutritivos, junto con técnicas de preparación que potencien sus beneficios.
Por ejemplo, incorporar legumbres, verduras de hoja verde, pescados ricos en omega 3 y técnicas como el salteado breve o el horneado moderado puede reducir significativamente la inflamación crónica y mejorar marcadores metabólicos.


¿Por qué es relevante hoy?
La prevalencia de enfermedades metabólicas ha ido en aumento en Chile y el mundo. El exceso de alimentos ultraprocesados, el sedentarismo y la desconexión con la cocina casera son factores que contribuyen a este panorama.
La medicina culinaria ofrece una alternativa práctica, educativa y empoderadora, permitiendo a las personas retomar el control de su salud desde la cocina.


Principios clave de la medicina culinaria

  1. Alimentos frescos y sin procesar:
    Priorizar ingredientes naturales, como frutas, verduras, granos integrales, legumbres y grasas saludables.
  2. Variedad y balance:
    Integrar diferentes grupos de alimentos, colores y texturas en cada comida para asegurar un perfil nutricional completo.
  3. Preparaciones que conservan nutrientes:
    Elegir métodos de cocción suaves —como vapor, horno o salteado breve— que mantengan el valor nutricional de los ingredientes.

Beneficios concretos para la salud:
1. Prevención de enfermedades crónicas: la evidencia científica respalda que una alimentación basada en alimentos reales puede reducir significativamente los factores de riesgo cardiometabólico.
2. Mayor energía y bienestar diario: comer bien mejora la digestión, el estado de ánimo y la vitalidad general.
3. Autonomía y conocimiento práctico: al aprender sobre ingredientes, recetas y técnicas, las personas pueden tomar decisiones más conscientes en su día a día.


¿Cómo comenzar a aplicar la medicina culinaria?
1. Planifica tu menú semanal con recetas simples y nutritivas.
2. Cocina en casa al menos 4 días a la semana.
3. Asegúrate de que la mitad del plato esté compuesta por vegetales.
4. Integra a la familia en el proceso: cocinar juntos fortalece vínculos y mejora la adherencia.


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Dra. Nitza Staub
Médica Nutrióloga – Coach de Medicina Culinaria
Centro Avanzado de Medicina Metabólica y Nutrición (CAMMYN)