La familia es la estructura donde se generan y mantienen los cambios necesarios para un peso saludable. La ingesta está ligada a lo emocional desde el inicio de la vida con la alimentación de la madre al hijo. Además, las familias ocupan la mayor parte del tiempo común en comer juntos o celebrar en torno a la comida. Por eso la comida tiene un factor emocional muy importante.

La obesidad infantil está influida en gran parte por el ambiente familiar porque es donde se aprenden tempranamente hábitos de salud. Y las probabilidades de sufrir obesidad en la edad adulta se duplican para los niños que tienen al menos uno de los dos padres con obesidad.

Existen factores de riesgo que también inciden como la pobreza, hogares monoparentales y depresión de la madre. Pero los factores protectores como un buen ambiente familiar, calidez emocional de la madre y autorregulación reducen los riesgos de padecer obesidad.

Las conductas de los padres como la elección de la comida sana, actividades al aire libre y el ejercicio generan un mensaje a los niños sobre la importancia de la vida saludable.

Es importante también cuidar la autoestima del niño evitando comentarios sobre el físico (de él o de los demás), fomentando la salud más allá de la apariencia.

 

Maite Lecumberri
Psicóloga
Coaching para bajar de peso y Trastornos de la Alimentación

× Agenda acá