Muchas personas sufren de insomnio y problemas para dormir, pero desde la pandemia del COVID-19 esto ha aumentado en grandes proporciones.

El sueño es una función esencial de nuestro cuerpo, mientras dormimos regeneramos nuestro sistema celular, asentamos el conocimiento y la memoria, segregamos hormonas esenciales para nuestro organismo como la hormona del crecimiento, las hormonas relacionadas con la regulación del hambre y un peso saludable (leptina, ghrelina e insulina) y bajamos la liberación de cortisol (hormona relacionada con el estrés). Por lo tanto, tener un sueño “reparador” se relaciona directamente con nuestra salud física (nuestro sistema inmune, hormonal) y mental.

Los problemas para dormir son de distintos tipos como la dificultad para quedarse dormido, despertarse muchas veces durante la noche, tener muchas pesadillas o sueños estresantes, despertar en la madrugada sin poder volverse a dormir o sentir que el tiempo de sueño fue insuficiente y andar muy cansado en el día. Incluso despertándose con dolor de cabeza, irritabilidad y falta de concentración.

Durante el sueño

Las consecuencias físicas y psicológicas de este problema son varias:

  1. Aumento de la obesidad y sobrepeso: Las personas tienden a comer más carbohidratos y comidas ricas en energía durante el desvelo y luego para mantenerse activos al día siguiente.
    Además la alteración del ciclo circadiano (sueño-vigilia) afecta nuestro sistema hormonal influyendo negativamente en la correcta secreción de insulina, leptina, ghrelina, melatonina y cortisol. Esto aumenta la predisposición a desarrollar y mantener enfermedades metabólicas, obesidad y hasta cáncer.
  1. Trastornos de salud mental: el insomnio es un síntoma de múltiples trastornos de salud mental. La depresión y el estrés pueden causar insomnio, pero el insomnio y el estrés también pueden desarrollar un trastorno depresivo.
  2. Envejecimiento prematuro: A raíz de la falta de regeneración celular que se produce durante el sueño envejecemos antes.
  3. Disminución del rendimiento cognitivo: Afecta la concentración y la memoria, lo que afecta nuestro desempeño laboral (o escolar en niños), cometemos más errores y quedamos más expuestos a sufrir accidentes de todo tipo.
  4. Menor rendimiento físico: Disminución de energía, desmotivación y falta de ánimo para realizar actividad física.

Es por esto que es muy importante que tener buenos hábitos de descanso, así cuidamos nuestra salud física y mental.

Algunas recomendaciones de la SleepFoundation.org son tener horarios regulares para acostarse y levantarse, tratar de ordenar el funcionamiento de acuerdo a la luz del sol, evitar pantallas en la noche, mantenerse activo en el día, evitar siestas, usar técnicas de relajación y cuidar la dieta, especialmente evitar comidas pesadas antes de acostarse.

Se debe evitar tomar medicamentos que no estén recetados por un médico. Si el insomnio se mantiene consulta con un médico o un psicólogo.

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